Nos dijeron
que rimarnos
no era posible.
Una juventud sin voz
ni versos.
Que tanto verso libre
no hilaría mil voces
silenciando un grito
para unirnos todas
en una sola.
Somos jóvenes idealistas
a quienes antiguos jóvenes,
en su día idealistas,
cortan unas alas
para andar con pies de barro.
Y qué futuro nos espera
si mañana está entre nieblas.
Romperemos el muro una vez más,
hasta que nos duelan las manos.
Hasta ser una sola garganta.
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